El año 2024 marca el 75.º aniversario de los Convenios de Ginebra, el conjunto de tratados y protocolos que rigen las normas sobre las condiciones en las deberían desarrollarse los conflictos bélicos. Aunque los intentos por definir normas internacionales sobre el desarrollo de la guerra datan, al menos, de 1899, la devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial fue lo que propició que se llevase a cabo una amplia actualización y se hiciesen aportaciones a las leyes ya existentes en materia de tratados de la guerra (1949), así como la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) en 1948. Es importante destacar que los Convenios de Ginebra posteriores a la II Guerra Mundial definen los derechos y la protección que corresponden a las personas no combatientes. Estas reglas, que subrayan las necesidades humanitarias de las personas en el marco de conflictos armados, están alineadas con los artículos de la Declaración Universal.
En un momento en que la guerra azota en lugares que van desde Ucrania hasta el sur, en una extensa oleada que llega hasta Sudán y que también estalla en otras partes del mundo, es fundamental que los archivistas garanticen que los registros creados durante los periodos de guerra sean conservados para determinar el grado de respeto de las personas combatientes de las leyes bélicas (en relación con el artículo 3 de la DUDH sobre el derecho a la vida). Es evidente que los archivos militares son esenciales para este objetivo, pero constituyen solo una parte de la documentación relevante. He aquí algunos ejemplos:
- Los registros de personas refugiadas pueden encontrarse tanto en los archivos de los organismos de la ONU como de las ONG que trabajen en la zona de conflicto. Estos incluyen datos sobre disponibilidad de alimentos y hambruna, así como registros sobre servicios sanitarios y bombardeos en hospitales (artículo 25).
- Los registros de noticias en medios de comunicación e imágenes obtenidas por satélite muestran ataques a centros educativos (artículo 26) e instituciones culturales, producciones científicas, literarias y artísticas de las personas autoras (artículo 27).
- Los datos en código abiertos descargados y conservados por las ONG y por agencias gubernamentales especializadas pueden mostrar condiciones de esclavitud (artículo 4) y de violencia sexual relacionada con los conflictos (artículo 5).
- Los archivos de inmigración (artículos 13 y 14 de la DUDH) muestran los registros de las personas que han huido de la guerra, mientras que los registros de los tribunales sirven para reconstruir los juicios llevados a cabo contra las personas sospechosas de colaborar con el enemigo o de combatir para este (artículo 11).
- Los registros de propiedad son esenciales para la reparación posguerra en caso de destrucciones masivas (artículo 17).
- Y muchos más…
Coincidiendo con el aniversario de la Declaración Universal, adoptada de forma unánime por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, el Consejo Internacional de Archivos y su Sección sobre Archivos y Derechos Humanos renueva su compromiso con el deber de los archivistas de proteger los registros que permitan a todas las personas ejercer sus derechos humanos y hacer frente a quienes los violan. Mientras los ejércitos libran sus batallas bélicas, los archivistas se encargan de conservar los registros de las violentas consecuencias de la guerra.
Sobre el Día de los Derechos Humanos: Cada año, la Sección sobre Archivos y Derechos Humanos (ICA/SAHR) invita a archivistas, gestores documentales y asociaciones profesionales de archivística a formar parte de la celebración del Día de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que tiene lugar cada 10 de diciembre. Esta fecha marca el día de 1948 en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).
El ICA/SAHR promueve la importancia de los archivos y la conservación documental como recurso de defensa y apoyo de los derechos humanos en el mundo. Asimismo, trabaja con archivistas, gestores documentales, abogados y con todas las personas e instituciones que tengan el mismo compromiso ético.
Sobre el Consejo Internacional de Archivos (ICA): El ICA es una organización internacional no gubernamental y sin ánimo de lucro con sede en París (Francia). Su objetivo es promover la gestión y el uso eficiente y efectivo de los registros, archivos y documentos en todos sus formatos, así como su conservación como legado cultural y factual de la humanidad. Todo ello a través de la cooperación internacional, el intercambio de experiencias profesionales, de la investigación y el intercambio de ideas sobre la gestión y organización de archivos y de instituciones archivísticas.